Invitadas

Desde Herstóricas os tenemos que confesar que llevábamos meses esperando la nueva exposición del Museo del Prado: “Invitadas”.

Quienes conocéis nuestro trabajo sabéis que somos muy críticas con el museo, al que creemos que le falta perspectiva feminista y también que pensamos que los espacios culturales tienen que estar al servicio de la sociedad, ser más cercanos y convertirse en un espacio que acoja debates y discursos diversos donde todo el mundo pueda sentirse identificado o al menos entender de dónde viene la desigualdad y las ausencias existentes en las instituciones.

Para completar esas carencias detectadas, desde Herstóricas siempre hemos realizado propuestas complementarias y que fueran las actividades que a nosotras nos hubiera gustado encontrarnos. “Repensando a las mujeres en el arte”, “Sexualidades en el Prado” y “Arte y violencias machistas” son algunas de las visitas que llevamos realizando con grupos y de manera muy satisfactoria desde el 2017 y a las que este año se ha sumado el itinerario sonoro “Ellas, presentes en el Prado” que es un recorrido sobre algunas de las obras de la exposición “Reencuentro”.

Cuando en diciembre vimos la planimetría y las obras que formarían parte de “Invitadas”, nos pusimos a trabajar en ellas sin pensárnoslo dos veces. En primer lugar, porque la anterior exposición, “Historia de dos pintoras: Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana”, nos decepcionó enormemente, desde el enfoque hasta las cartelas. Y en segundo lugar, porque llevamos años reivindicando a las artistas que componen la colección del Prado. 

A esto se unieron las primeras noticias en torno al congreso que acompañaría la exposición: información sesgada y mal contextualizada, que junto con algunas de las obras elegidas para la campaña publicitaria distaban mucho de ser el enfoque que nosotras esperábamos. Y desgraciadamente, esa es la línea que ha seguido el departamento de comunicación del museo.

El caso es que queríamos darle nuestro enfoque y acompañar con él a las personas que quisieran visitar la exposición junto a Herstóricas. Así comenzó el proceso de la guía de mano “Autoinvitadas. Fragmentos propios”.

Hemos querido hacer un análisis, como habitualmente hacemos, usando las obras como documentos históricos que nos cuentan cómo se pensaba en la época en la que se crearon, contextualizando y trayendo esas cuestiones a la actualidad. Abordando el desarrollo de esas ideas hasta nuestros días y planteando ciertas preguntas que nos llevan a la reflexión colectiva. Lo comentamos siempre, la cultura visual actual es heredera de esas imágenes que cuelgan de las paredes del Prado. Cómo consumimos las imágenes hoy en día está íntimamente relacionada con cómo las analizamos para ver si las cosas han cambiado tanto cómo creemos. Como ejemplo os dejamos el enlace a un programa de Carne Cruda en el que participamos analizando el tema bíblico repetidamente representado en el arte “Susana y los viejos”. Lo podéis escuchar a partir del minuto 31:46 – Enlace

Nos parecía muy necesario que fuera una ilustradora la encargada de revisionar algunas de las obras y Olga Carmona dio en el clavo con sus versiones usando la técnica de falso grabado. ¡Desde marzo estamos deseando enseñaros su trabajo!

La cuarentena ha aplazado tan esperada inauguración y por lo tanto el lanzamiento de la guía de mano, ya que antes de sacarla a la luz queríamos comprobar el trabajo del museo.

Por fin el martes 6 de octubre pudimos visitar “Invitadas” y tenemos que reconocer la satisfacción que sentimos al ver el planteamiento llevado a cabo por el comisario Carlos G. Navarro. No podemos entender la situación de las mujeres en el ámbito artístico si no analizamos el contexto que las sometió y lo que se esperaba de ellas. Y eso fue lo que obtuvimos a través de las 17 secciones; vimos representada la manera en la que desde Herstóricas abordamos el análisis de las obras. [Sí, estamos diciendo algo que no pensábamos que diríamos nunca, pero que conste que es solo en el marco de esta exposición].

Es verdad que los análisis que realizamos en “Autoinvitadas” reflexionan también sobre cómo ese discurso del machismo decimonónico tiene calado y llega hasta nuestros días e intentamos que la persona que se deje acompañar por Herstóricas, siga cuestionando el machismo del siglo XXI. Quizás ese zarandeo y autocrítica actual es lo que echamos en falta en la exposición.

Creemos que “Invitadas” se ha hecho posible por la sensibilidad de las personas que trabajan en el museo y la presión de un feminismo que cada vez ocupa más espacio. Sabemos que es difícil cambiar una institución tan tradicional como el Prado (las historiadoras del arte feministas llevan décadas pidiendo un cambio y una revisión) pero sabemos también de los intentos individuales que algunas mediadoras y personal del museo han ido realizando como hormigas año tras año. Y esa sensibilidad la hemos visto reflejada en pequeños detalles como, por ejemplo, que sean las trabajadoras las que pongan las voces que nos acompañan.

Sin duda, lo que ha empañado todo ese trabajo ha sido la campaña de comunicación en torno a la exposición, como comentábamos anteriormente. Y ahí ha estado el gran fallo del museo. La perspectiva feminista tiene que englobar todo el proyecto en su conjunto, porque también está mandando un mensaje. El cuadro “Fanelas”, aunque podamos reapropiarnos de la figura de la femme fatale y la resignifiquemos, sin un contexto lleva a malentendidos.

El título “Invitadas” parece que también ha necesitado de mucha explicación, porque se puede malinterpretar por quienes no conocen el contexto y la intención de la exposición. Fue explicado en prensa y queda clara su objetivo una vez visitas la exposición o adquieres el catálogo.

¡Qué decir sobre el merchandising! Si estamos hablando de mujeres en el ámbito artístico y queremos empoderar a otras a que no se rindan o se adentren en ese mundo, qué menos que haber innovado algo con los objetos para la venta. Un kit de iniciación a la pintura no hubiera estado nada mal, que ya sabemos que los programas de cocina están de moda, pero un delantal… hay cosas que duelen…

Sobre el catálogo… Por favor, no nos quedemos en la portada, que es muy poco oportuna. (Todas las personas con las que hemos hablado hubieran elegido el autorretrato de MaRo y nosotras, ¡también! ). La selección de historiadoras y textos incluídos se puede convertir en un complemento esencial como recurso bibliográfico para cualquiera que trabaje el arte del XIX. 

Lo importante de esta exposición es que tenga una continuidad, que no se quede en el pasado, y que realmente impulse un cambio en la manera de abordar la colección expuesta permanentemente en el museo. Que sirva para que podamos ver la obra de Rosario Weiss, de Julia Alcayde Montoya y de Teresa Nicolau Parody siempre que entremos al museo. Y que sea un impulso para que, una vez que por fin suban las obras de Vigeé-Lebrun, hagan lo mismo con Ana María Teresa Mengs, Margarita Caffi, Marietta Robusti Tintoretta y Lucía Anguissola.

Esperamos que «Invitadas» sea algo más que una declaración de intenciones para que se convierta en la seña de identidad de un museo que amplíe su discurso con más relatos invisibilizados.

Invitadas – información sobre la exposición
Presentación de la Exposición
Editatona

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