Quizás hayáis escuchado esta historia ya antes, pero nosotras no nos cansamos de repetirla.
El equipo inicial de Herstóricas se conoció en la Asamblea de Mujeres del 15M-Marea Granate de Londres. Lo que comenzó siendo un espacio de reflexión dió pasó también a un espacio de acción y de amistad.
Durante los culturiplanes que realizábamos comentábamos la necesidad que había de repensar los espacios culturales e históricos con una perspectiva feminista. [Leído así nos imagino debatiendo sobriamente mientras fumamos en pipa en algún salón de Pall Mall, pero nada más lejos de la realidad, más que nada porque las mujeres tenían prohibida la entrada en esos club de caballeros]. El caso, no nos sentíamos identificadas con los discursos hegemónicos que partían de esos espacios que perpetuaban estereotipos. [Bocanada de humo]
La escasa representación de las mujeres reales en el callejero de las ciudades, las poquísimas esculturas o placas dedicadas a ellas también refuerzan esa manera de narrar la historia que llega hasta nuestros días. Son factores causantes de que sigamos teniendo un imaginario colectivo en el que las mujeres son sujetos históricos de segunda categoría.
Al no ser protagonistas de homenajes públicos en los nombres de las calles, plazas, parques o edificios institucionales, educativos, deportivos y de ocio la historia de las mujeres no se integra tampoco en nuestra realidad histórica de una manera natural.
Al no tener espacio en los manuales y libros textos se está mandando un mensaje a la comunidad estudiantil desde muy temprano: a ellas ese espacio ni les correspondía ni les corresponde. Los referentes son necesarios. No tanto por convertirte en lo que ves, sino más bien para descubrir que hay diversidad, que los moldes se rompen y que todo puede cambiarse.
Ante este panorama podíamos hacer dos cosas: Debatir y quejarnos todo el rato en torno a la injusticia que eso suponía o tomar cartas en el asunto. ¿Cuál de las dos creéis que elegimos?
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